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►Sendero V: Cruz de Tejeda - Teror

►Sendero VI: Cuesta de los Pinos de Gáldar - Teror

►Sendero VII: Cruz de Tejeda - Las Lagunetas

 


Sendero V: 
Cruz de Tejeda - Teror


Ficha Técnica
 
Longitud total / duración de la marcha: 11,6 kilómetros / 6 horas
Desnivel origen / destino: 918 metros
Desnivel máximo: 1.018 metros
Pendiente:
media: 8 grados
mínima: 1 grado
máxima: 20 grados
Firme:
sendero: 5,5 kilómetros
pista: 2 kilómetros
asfalto: 4,1 kilómetros
Dificultad: baja
Precauciones: desprendimientos, firme resbaladizo y nieve ocasional en invierno.


Descripción General

Este camino une el Parador Nacional de la Cruz de Tejeda con la villa de Teror. Discurre sobre rocas del segundo y tercer ciclo y sortea, en continua bajada de pendiente moderada, suaves lomos redondeados y barrancos encajados a consecuencia de la interacción, durante los últimos cinco millones de años, de la actividad constructiva de las lavas y el poder erosivo del agua.

La exposición directa al alisio produce una elevada humedad ambiental, nieblas casi permanentes y elevadas precipitaciones, con intensa sensación de frío. Son los parajes más lluviosos de la Isla, por encima de 1.000 mm. de media anual en la parte alta. El resto de los lugares que atraviesa el camino alcanza más de 600 mm., y en los inviernos fríos cae nieve por encima de los 1.400 metros, desde la Cumbre hasta Cueva Corcho. En verano las temperaturas son moderadas, y el cielo se encuentra frecuentemente cubierto. En síntesis, es una ruta ideal para observar los efectos de los vientos alisios, pues se encuentra en la franja altitudinal de contacto del mar de nubes, que se desarrolla entre los 800 y los 1.500 metros de altitud.

La actividad humana ha transformado la vegetación natural. El pinar original de los altos ha sido sustituido por otro más joven, de repoblación, que desciende hasta los 1.300 metros de altitud. La laurisilva primitiva fue suplantada por los cultivos, entre los que crece un matorral de retamas, escobones y otras especies, y ejemplares aislados de laureles y brezos en las laderas y fondos de los barrancos.

Los valles se cultivaron de modo intensivo desde los años inmediatos a la conquista, en los que se establecieron poblaciones en Teror y Valleseco, reservando la parte alta para el pastoreo. A partir de la década de los sesenta, el paisaje rural cedió algunas de las antiguas zonas de cultivo de los valles al crecimiento urbano, mientras en las cumbres los pastos retrocedían ante los pinares de repoblación.

Teror, núcleo religioso tradicional que alberga a la Patrona de la Isla, La Virgen del Pino, se convierte, algunos días al año, en punto de encuentro de los caminantes que llegan a la villa en romería por los numerosos senderos que la comunican con el resto de los pueblos. La villa ejerce fuerte atracción sobre el turismo y los visitantes locales, que hacen de ella lugar bullicioso, especialmente los sábados y domingos, en los que tiene lugar el "mercado". En realidad, Teror siempre tuvo gran relevancia comercial, por la confluencia de infinidad de caminos. Para ir a Las Palmas de Gran Canaria, por ejemplo, la gente de Artenara, Tejeda y La Aldea debía pasar por la villa mariana. El camino que nos ocupa tuvo gran importancia económica; se utilizaba tradicionalmente para intercambiar productos de la cumbre (leña, carbón, cereales, legumbres y almendras) y manufacturas traídas de la capital, lo que hizo de Teror el centro neurálgico de la economía de las medianías grancanarias.

Descripción del recorrido

Tramo V-A: Cruz de Tejeda - Cueva Corcho
(2,7 kilómetros / 1 hora, 30 minutos)
 
Se inicia en el aparcamiento trasero del Parador Nacional de la Cruz de Tejeda, al pie del Monte Constantino, en la divisoria de las fachadas de barlovento y sotavento de la Isla, lo que produce un contraste muy acusado: de un lado, el paisaje duro y árido de la Caldera de Tejeda que Unamuno calificara de tempestad petrificada, de gran riqueza histórico-cultural, geológica, geomorfológica, florística, y donde se encuentran los símbolos geomorfológicos más representativos de Gran Canaria, los roques Nublo y Bentaiga; del otro lado, en la vertiente húmeda orientada al Este, la cabecera del Barranco de Guiniguada, donde destacan el pinar de repoblación de la cumbre y el valle agrícola de Las Lagunetas.

Cabe diferenciar dos subtramos. El primero, de 932 metros, en su mayoría de tierra, asciende por la ladera oriental de Monte Constantino hasta la carretera que comunica la Cruz de Tejeda con los Pinos de Gáldar. El segundo desciende hacia Cueva Corcho. En el primero, la pendiente media es de ocho grados, aunque algunos sectores superan los 20, y el ascenso se hace entre retamas, codesos, escobones, alhelíes de cumbre y antiguos bancales de cultivos. El segundo coge la margen derecha del Barranco del Charquillo por un pinar de repoblación de pinos canarios, insignes y carrascos. El sotobosque arbustivo lo componen retamas, codesos, escobones y maljuradas. La pendiente resulta más acusada, por encima de los 10 grados, en los primeros cientos de metros, suavizándose después. A 600 metros de la carretera, el mirador del Morro de los Peñones, situado junto a unas grandes peñas, permite ver en días claros el Pico de Osorio y La Isleta. Abundan los helechos, los pasteles de risco y las cerrajas.

Desde este punto el camino continúa descendiendo algunos metros y cruza el cauce del Barranco del Charquillo, pasando a la margen izquierda. El descenso se realiza entre el canto de los pájaros y el sonido peculiar de los respiraderos de las tuberías, anunciadores de la cercana actividad humana, notoria más adelante por los estanques, las tierras de cultivo y un corral, hasta llegar a la umbría de Cueva Corcho, donde confluye de nuevo con la carretera. En las inmediaciones, castaños, nogales, almendros, olmos y chopos.

Es camino muy usado por los ganados transhumantes. Todavía hoy pueden verse por él algunos rebaños.
 

 Tramo V-B: Cueva Corcho - El Lomo de la Rosa
(3,3 kilómetros / 3 horas)
 
 En Cueva Corcho comienza el segundo tramo, que finaliza en el Lomo de la Rosa, sobre Valleseco.

Tras recorrer unos cuarenta metros de asfalto, el camino asciende entre pinos unos 1.100 metros hacia el Cortijo de Calderetas. Aquí un sendero conduce por un paisaje ya representativo de las medianías altas del Norte grancanaria. Antes de penetrar en tal enclave, el mirador del Lomo de la Solana de Calderetas se asoma a un panorama de castaños y olmos, con una vivienda tradicional canaria y diversas instalaciones agrícolas, todo ello en el marco incomparable de uno de los ejemplos más valiosos de volcanismo reciente: Calderetas. En realidad, este volcán tiene tres bocas eruptivas en forma de herradura. Este es un lugar atractivo para el caminante al mantener intactos sus valores tradicionales, como si el tiempo se hubiera detenido.

El camino sigue luego una pista de 600 metros, hasta la carretera que une Valleseco y Artenara. Destaca el pitón fonolítico de Tierras Blancas, de color gris claro, explotado como cantera de áridos. Continuando hacia Lanzarote, se pasa junto a un lavadero. Los lavaderos tuvieron gran importancia porque eran de los pocos espacios públicos en los que las mujeres podían relacionarse. A continuación, un primer cruce a la derecha por La Cabezada lleva, sobre un trecho de 1.182 metros de asfalto a través del Lomo de Madrelagua hasta la degollada localizada entre el Lomo de la Solana y el de la Rosa, ya cerca de Valleseco, pueblo al que se desciende siguiendo la carretera; puede conectarse con el camino VI (Cuesta de los Pinos de Gáldar - Teror). La pendiente es de 7 grados.

El caminante percibe el paso de los asentamientos rurales tradicionales, más concentrados, a una ocupación extensiva del espacio por gran número de edificaciones sobre parcelas aptas para el cultivo que los campesinos tradicionales siempre respetaron para construir sólo en los terrenos de menos calidad agraria.


 

 Tramo V-C: El Lomo de la Rosa - Teror
(5,6 kilómetros / 1 hora, 30 minutos)

Desde la degollada del Lomo de la Rosa, el descenso a Teror se hace por el Barranco de Madrelagua.

La presencia humana es patente sobre todas las tierras agrícolas útiles. Es notable la lucha del campesino contra la pendiente en los bancales, construidos sobre la mayor parte de las vertientes en pequeñas cadenas que desafían la gravedad, donde crecen frutales, papas y hortalizas. En el fondo del barranco, en los recodos más umbríos, perviven pequeñas comunidades vegetales de cerrajas, granadillos, cruzadillas, bencomias, sauces, álamos y laureles.

La pendiente de este tramo es bastante variable, y oscila entre los 4 grados de los subtramos que bordean los lomos y los 12 de las bajadas hacia los cauces de los barrancos.

El descenso comienza vadeando el Barranquillo del Chorrito, continúa bajo el risco de La Hiedra para llegar a Los Naranjeros en el fondo del Barranco de Madrelagua. Desde aquí el camino cruza un pequeño puente y, tras un ligero ascenso, conecta con la pista que bordea la margen occidental de Montaña Moreno, y la sigue algo más de 1.000 metros hasta llegar a Las Cuevas. Luego desciende al barranco, cruza a la margen izquierda y continúa hasta las Casas de la Vuelta, situadas antes de Las Rosadas, donde se localizan varios molinos de cereales, ya en las proximidades del casco de Teror. Desde Casas de la Vuelta, el asfalto lleva a lo largo de 2.400 metros hasta Teror por el barrio de Los Llanos.


Sendero VI: 
Cuesta de los Pinos de Gáldar - Teror


Ficha Técnica
 

Longitud total / duración de la marcha: 24,4 kilómetros / 9 horas, 20 minutos
Desnivel origen / destino: 729 metros
Desnivel máximo: 750 metros
Pendiente:
media: 5 grados
mínima: 0 grados
máxima: 8 grados
Firme:
sendero: 6,2 kilómetros
pista: 6,5 kilómetros
asfalto: 11,7 kilómetros
Dificultad: baja
Precauciones: nieblas frecuentes, nieve ocasional en invierno y continuos cruces de carreteras.


Descripción General

El camino parte de una encrucijada situada en el Lomo del Galeote, y termina en Teror, tras pasar por Fontanales, desde donde se bifurca en dos rutas alternativas. Una pasa por Valsendero y Valleseco, y termina en la laguna del mismo nombre; la otra realiza un recorrido por la histórica Montaña de Doramas, para finalizar en el mismo punto, desde el que se desciende a Teror.

Discurre enteramente sobre rocas del segundo y tercer ciclo volcánico. En el último tramo se encuentra La Laguna de Valleseco, uno de los más significativos ejemplos de freatovolcanes de la Isla, de fondo arcilloso sobre su sustrato piroclástico.

En las áreas de cumbre del camino, con predominio del pinar, la pluviosidad alcanza los 800 mm. al año. Las precipitaciones de nieve se dan ocasionalmente hasta Fontanales, donde se localizan pequeños bosques de monteverde junto a matorral y cultivos. Se aprecia una humedad que provoca sensación de frío. En Teror, villa en que finaliza el camino, las precipitaciones descienden hasta los 600 mm. La influencia directa del mar de nubes produce densas nieblas que disminuyen considerablemente la visibilidad y aumentan la humedad ambiental. La agricultura ocupa todas las tierras aptas, de modo que la vegetación queda relegada a pequeñas comunidades que casi siempre ocupan las laderas de los barrancos. El camino recorre gran parte de la antigua Montaña de Doramas, masa boscosa que fue desapareciendo a lo largo los años y a la que la agricultura dio la puntilla durante el siglo XIX.

La intensa explotación de los acuíferos se manifiesta en la abundancia de pozos, estanques, acequias y molinos de agua. No es casual que se localicen en esta comarca tres de las más importantes envasadoras de agua: Firgas, Teror y Roque Nublo.

Es paisaje típico de medianías del norte: caseríos dispersos, arbolado introducido -castaños y eucaliptos, especialmente-, cultivos herbáceos y la reciente incorporación de las construcciones de segunda residencia, siguiendo el modelo de "casa salón", que hace estragos.

Descripción del recorrido

Tramo VI-A: Cuesta de Los Pinos de Gáldar - Fontanales
(2,6 kilómetros / 1 hora)
 
 El tramo, con una pendiente media de 4 grados, arranca de la encrucijada del Lomo del Galeote, entre muros de piedra seca. Enlaza con el Sendero IV (Moriscos - Guía - Gáldar), la principal ruta histórica de los ganados trashumantes. Para llegar al cruce hay que descender 860 metros por la Cuesta de los Pinos, (Sendero IV, tramo B) en el margen suroccidental de la Caldera de Los Pinos de Gáldar.

Un pequeño sendero inicia la bajada hacia el Barranco de Pavón. A unos centenares de metros está el primero de los pozos que perlan el camino de muestras de la sobreexplotación del acuífero insular. Atraviesa el pinar canario de repoblación de los Pinos de Galdar, y dejando atrás el Barranco de Pavón, continúa en suave ascenso sobre la vertiente oriental del lomo cercado a Los Morretes, donde el pinar se abre a la convivencia con monte bajo de helechos.

Tras el pinar, el camino recorre 400 metros de la carretera de los Pinos de Gáldar a San Bartolomé de Fontanales, y luego desciende la ladera del Risco de la Atalaya, por el Lomo de la Cruz, con el Barranco de la Horcajada a la derecha: aquí el paisaje se transforma y deja paso a fincas agrícolas, castañeros, codesares, zarzales y pastizales. En el Lomo de la Cruz, las márgenes se hallan ocupadas por codesos, escobones, helechos y zarzas y pequeños bosquetes de eucaliptos y pinos.

Al final del descenso, un pequeño puente, justo al lado de un pozo, cruza el Barranco de la Horcajada. Hay allí un área de descanso a la que sigue la pista del Camino de El Valle, de unos 300 metros entre fincas de millo, papas y frutales, hasta la entrada de Fontanales. Al cruzar el barranco se abandona el matorral para transitar por el paisaje agrícola, que llega hasta Teror.

Tramo VI-B: Fontanales - Valleseco.
(8,4 kilómetros / 3 horas)
 
 La pendiente media está en torno a los 4 grados. Comienza al inicio del Camino de El Valle, atraviesa el núcleo de San Bartolomé de Fontanales y continúa por la pista de esfalto que bordea La Montañeta, por el llamado Camino de Aguas de Fontanales. A unos 300 metros el camino asciende en tramos empedrados por la vertiente occidental del Lomo del Marco, donde se bifurca en dos ramales, de los cuales se describe en primer lugar el que se dirige a Valleseco.

De lo alto del Lomo del Marco arranca el Camino de El Tablero en cortos descensos y repechos por una pista de asfalto de casi dos kilómetros. Después atraviesa el Barranquillo del Chorrito, donde conviven bosquetes de laureles y viñátigos junto a castaños y robles. En el caserío de El Convento, un pequeño grupo de casas tradicionales canarias mantiene sus fincas cultivadas.

Cuando el sendero abandona la pista en el Lomo de El Tablero, vuelven a menudear los empedrados en descenso suave por su vertiente oriental, hacia la Cuesta de los Inciensos. El camino discurre ahora entre fincas de papas, frutales y castañeros. Pasadas las fincas, aparecen varios ejemplares de laurel, pino y escobones. Al llegar al Lomo del Incienso, se avista en el Barranco de la Virgen, el pago de Valsendero, hacia el que se desciende por un empedrado. Proliferan los eucaliptos en la bajada más allá de la casa tradicional abandonada junto a la que pasa el camino.

En la base de la Cuesta de los Inciensos se han recorrido ya, desde Fontanales, unos 4 kilómetros, con un desnivel de 205 metros. Es el momento de abandonar el camino y continuar por la carretera hacia Valsendero: unos 300 metros antes de llegar a este pago, las casas de El Cercado recuerdan el paisaje agrario del Norte peninsular. Rebasado Valsendero, una pista conduce a un pozo cercano, pero antes de llegar a él el camino atraviesa el cauce del Barranco de la Virgen y asciende por La Cuesta, siguiendo una pista abandonada de pendiente superior a 6 grados. El Barranco de la Virgen es frondoso y bello, con las laderas tapizadas, aguas arriba, de castaños, que evocan en cierto modo el desaparecido monteverde.

Desde Casa de Segura, la pista sigue por la vertiente occidental del Lomo del Prado, y continúa por la cuenca de recepción del Barranquillo del Prado hasta el asfalto de descenso hacia la Veneguera. Pocos metros más abajo del pozo y de la vaquería, el camino coge el sendero de la vertiente occidental de El Bermejal, pasa a la oriental, desciende por La Solana y llega a El Culatón, cruza la carretera de Lanzarote a Valleseco y sigue por el pequeño sendero que enlaza con el camino vecinal asfaltado que conduce al núcleo de Valleseco, final del tramo. El recorrido desde Valsendero ha sido de 4.388 metros, con un desnivel de 180 metros.

 
 Tramo VI-C: Valleseco - La Laguna de Valleseco
(2,8 kilómetros / 40 minutos)

La pista que conforma este tramo se encuentra asfaltada casi en su totalidad. A la salida del pueblo hay que tomar, a la izquierda de la carretera general, la pista que va a La Cruz. Después, por otra pista de tierra, se cruza el Barranquillo de Zamora y vuelta a la carretera general hasta el cruce Teror - El Zumacal - La Laguna, donde debe seguirse la señal que indica la dirección de La Laguna.
 

Tramo VI-D: Lomo del Marco - La Laguna de Valleseco
(8,8 kilómetros / 4 horas)

En el Lomo del Marco comienza el ramal de la Montaña de Doramas. De acuerdo con el firme y la pendiente cabe distinguir tres subtramos:

El primero va del Lomo del Marco al Lomo del Negro, pasa por el Jardín de Corvo y tiene una longitud total de 3.900 metros entre pista y asfalto. Es camino vecinal de suave pendiente, excepto en un sector de 150 metros en que discurre por la carretera de Moya a Fontanales. Sigue la divisoria de aguas del Lomo del Negro, con abundantes eucaliptos.

El segundo subtramo cruza el Barranco de la Virgen desde el Lomo del Negro hasta la Puerta de La Montaña. El trazado es suave, si se considera la fuerte pendiente salvada. El bello empedrado tradicional y la singular vegetación le prestan gran encanto. El subtramo, conocido como Las Vueltas de Acero, formó parte del antiguo camino de saca de las maderas de la Montaña de Doramas para los ingenios azucareros de Firgas y Arucas, del siglo XVI, primeros responsables del retroceso del bosque, desaparecido por el gran consumo de leña empleada para la elaboración de los azúcares. También fue utilizado como camino de herradura y hoy lo frecuentan los romeros de la Virgen del Pino.

Durante el descenso al fondo del Barranco de La Virgen desde Los Picachos, y a excepción de un trozo de pista de 400 metros de longitud, luce el camino un empedrado con las mejores muestras de las técnicas constructivas tradicionales como peldaños, canalizaciones, machos, etcétera. Además, destacan las vistas de la que fuera la Montaña de Doramas y el entorno de la Casa de la Marquesa en el fondo del barranco, perteneciente a la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas. La vegetación ofrece abundantes ejemplares de monteverde: laureles, brezos, barbusanos, palo blanco, sauces, aparte de numerosas especies subarbustivas, como la cerraja arbórea, el góngaro, la hierba puntera y el bicácaro, de flor campaniforme, que llena de colorido tan bello rincón. La finca de la Casa de la Marquesa la componen cuatro edificios, el principal de la hacienda y los alpendres, almacenes etcétera. Merece mención especial el Pino de La Virgen, ejemplar emblemático para los lugareños.

Un ancho camino carretero, por el que se transportaban los productos agrícolas de la finca, remonta la margen derecha del Barranco de la Virgen hasta la Puerta de la Montaña que, junto al lugar llamado del Molinete, fue una de las históricas entradas a la Montaña de Doramas. La longitud de este subtramo es de unos 2.500 metros.

Por último, el tercer subtramo, con una longitud de 3.000 metros y pendiente moderada, conecta la Puerta de la Montaña con la Laguna de Valleseco, pasando por el Barranco del Caserón, los lomos del Mocán y de los Pinos, Carpinteras y, por fin, El Sobradillo, desde donde asciende a La Laguna de Valleseco en una sucesión de cortos tramos de pista, asfalto y sendero.
 

Tramo VI-E: La Laguna de Valleseco - Teror
(1,8 kilómetros / 40 minutos)

Desde La Laguna de Valleseco el camino se precipita vertiginosamente, tras recorrer apenas 200 metros de pista asfaltada, hacia Teror por la cuesta de La Laguna. Va a salir a la fábrica de refrescos Nik, ya en los Llanos, desde donde el asfalto conduce a la Villa por las cercanías del Monasterio del Císter. Mientras en las proximidades de Teror la pendiente se suaviza, en la cuesta de La Laguna llega a alcanzar los 14 grados. Debe subrayarse la peligrosidad del tramo, puesto que corta varias veces la carretera que une Valleseco con Teror, muy transitada, especialmente los fines de semana y días festivos.


Sendero VII: 
Cruz de Tejeda - Las Lagunetas


Ficha Técnica
 

Longitud total / duración de la marcha: 3,1 kilómetros / 2 horas
Desnivel origen / destino: 339 metros
Desnivel máximo: 400 metros
Pendiente:
media: 13 grados
mínima: 3 grados
máxima: 23 grados
Firme:
sendero: 2,1 kilómetros
pista: 0,3 kilómetros
asfalto: 0,7 kilómetros
Dificultad: baja
Precauciones: continuos cruces de carreteras y nieve ocasional en invierno.


Descripción General

Este camino enlaza la Cruz de Tejeda con los caseríos de Las Lagunetas y, por su corta longitud, consta de un único tramo.

Descripción del recorrido

Desde la Cruz de Tejeda, el camino desciende por la margen derecha del barranco del mismo nombre y cruza en varios puntos la carretera que va a San Mateo. Sigue por Los Paredones hacia Fuente Helbera, ya en las proximidades del caserío del Estanco, abierto a excelentes panorámicas de los núcleos de población y de las escasas zonas sin cultivar del fondo y de las vertientes del Valle de Las Lagunetas. Esta llamativa depresión destaca por su belleza natural y por la admirable adaptación de la actividad humana al territorio.

Continúa el descenso por el Lomito Blanco y La Longuera, entre parcelas de cultivos de papas, trigo, millo y frutales, algunas de ellas abandonadas, para cruzar luego el Barranco de La Mina, principal tributario del Barranco de Guiniguada, hacia El Vinco, desde donde, por El Calvario, se llega a La Montañeta, núcleo principal del valle, y punto final del sendero.

Los sustratos por los que discurre son, principalmente, brechas del ciclo Roque Nublo, excepto las lavas basaníticas del ciclo Post-Roque Nublo que se encuentran cruzando el Barranco de La Mina. La orientación hacia el Noreste y la altitud hacen de esta cabecera alta del Guiniguada esté bajo la influencia frecuente del mar de nubes. Hay un grado alto de humedad, suaves temperaturas, contrastes térmicos estacionales (máxima en invierno de 16 grados centígrados) y precipitaciones abundantes, entre los 650 y 800 mm. de media. En invierno, ocasionalmente, se cubren las laderas de nieve, y el agua fluye en numerosas cascadas desde los riscos al cauce del barranco, lo que hace de la zona una de las más destacadas hidrológicamente. Galerías, pozos, estanques, canales, etcétera, han hecho del uso del agua cultura viva de la comarca. Hasta hace poco, en Las Lagunetas operaban tres molinos hidráulicos junto al barranco de La Mina, a los que acudían vecinos incluso de Tejeda y de Artenara.

Junto a las zonas cultivadas, una vegetación muy antropizada. Al comienzo del camino aparecen pinos, castaños, nogales y almendros, y cerca del final algunos sauces a la orilla del barranco. El sotobosque, muy variado, lo componen codesos, escobones, retamas, magarzas, maljuradas, cañahejas, góngaros y alhelíes. Atraviesa también paisajes típicos de las medianías altas del Norte, donde las parcelas del cultivo alternan con un hábitat disperso.

Los valores naturales y paisajísticos, unidos a los aspectos históricos y etnográficos, hacen que el caminante no sólo disfrute de un bello paisaje, sino que también perciba cuáles son las claves que articulan el espacio; al pasear, cobra mayor importancia el propio trayecto que el destino elegido.

Fue camino de marchantes de ganado, de agricultores y de arrieros que transportaban mercancías a lomos de bestias y se aprovisionaban de artículos inexistentes en las cumbres, como aceite, café, azúcar, etcétera. Era un trasiego de quesos, papas, granos, frutas, almendras y otro productos. Los comerciantes y los agricultores de Tirajana no eran ajenos a la ruta, aunque utilizaban más el camino de Cueva Grande, y los vecinos de Lugarejos y Artenara iban por él con sus higos, tunos y cebada a Las Lagunetas.